De la ginebra, su origen y la historia de Vones hemos hablado muchas veces en nuestro blog. De los combinados, de lo que hace especial al gin tonic y a cómo prepararlo de forma perfecta, también le hemos dedicado algún que otro post.
Pero ¿qué pasa con su compañero ideal? Al igual que Batman tenía a Robin y Mulder tenía a Scully, la ginebra se complementa a la perfección con una bebida: la tónica.
Pero ¿qué sabes de ella? Te contamos todo lo que necesitas conocer sobre esta bebida.
Curiosidades de la tónica
Su origen: las selvas de Perú, Ecuador y Bolivia. O al menos ese es el lugar de nacimiento de su ingrediente principal, la quinina.
Sus descubridores: según parece, los indígenas de Perú son los responsables del descubrimiento de la quinina.
Sus características: parece que la quinina llamó la atención de los primeros indígenas, quienes rápidamente descubrieron su potencial como medicina y sus propiedades curativas. Años más tarde se descubrió su poder contra el paludismo y la malaria.
La leyenda: cuentan que un rayo alcanzó el árbol de la quinina y este fue a parar a un lago cercano. Este lago era la principal fuente de agua de los indígenas, quienes comenzaron a sanar de varios tipos de dolencias. ¿Qué hay de cierto en esto? Nada ha quedado demostrado ni recogido, por lo que se trata de una mera leyenda.
Sus propiedades: frente a la gran crisis de malaria que asoló Europa en el S. XVII, los ingleses comenzaron tratamientos a base de quinina para poder curarse. Algunos eran muy reticentes al tratamiento ya que lo consideraban un “remedio católico” por ser los Jesuitas los primeros en traer la quinina a Europa.
La comercialización: el sabor de la quinina es amargo, y se hacía necesario disfrazar ese sabor para poder comercializar la tónica como hoy la conocemos. ¿El pionero? Jacob Schweppes, un relojero nacido en Suiza aficionado a la farmacología.