Las raíces de Vones Gin se sitúan en una tierra mágica y de contrastes, Galicia. Un paraíso conformado por playas, acantilados, ríos, bosques y con una cultura extraordinaria.
Hoy os acercamos cinco rincones mágicos que no puedes perderte si viajas a Galicia. Lugares donde el tiempo se para, donde podemos disfrutar de la naturaleza más pura y donde la magia, imperceptible a simple vista, está latente a cada paso que damos. Estos lugares nos brindan momentos únicos para desconectar y grabar en nuestra mente recuerdos que podremos rememorar en el futuro, paladeando Vones Gin.
1.- Las islas Cies, Vigo
Los romanos las bautizaron como “las islas de los Dioses”, lo que sin lugar a dudas nos invita a disipar cualquier recelo que nos pueda invadir antes de viajar a este auténtico paraíso terrenal. Las Cies están situadas a 2,75 Km de la costa, en la desembocadura de la ría de Vigo.
Tres son las islas que conforman el archipiélago de Cíes: San Martiño, Monte agudo y O Faro. Las dos últimas están unidas por un extraordinario arenal, la playa de Rodas, catalogada como la mejor playa del mundo en 2007 por “The Guardian”.
Un espectacular parque natural con playas de fina arena y aguas cristalinas que nada tienen que envidiar a las caribeñas. Los faros de estas islas se erigen imponentes, invitándonos a practicar senderismo entre los árboles que los salvaguardan para visitarlos.
2.- El Cañón del Sil, Ourense
Excavado en la garganta del Río Sil, el Cañon del Río Sil conforma 5.914 hectáreas de espectaculares paisajes. Podemos encontrar iglesias centenarias y monasterios en nuestro camino mientras hacemos senderismo, como por ejemplo el Monasterio de Santa Cristina, de visita obligada.
Este cañón alberga un tesoro: Las centenarias viñas con denominación de origen de Ribera Sacra, trasmitidas de generación en generación y que se abren camino por las laderas hasta llegar al agua. Un recorrido en catamarán nos acerca a contemplarlas en todo su esplendor.
Un rincón de Galicia que irradia magia e invita a la reflexión, donde gracias al microclima que disfruta, podemos disfrutar de un contraste maravilloso entre flora atlántica y mediterránea.
3.-Fragas Do Mandeo, A Coruña
En Betanzos, A Coruña, encontramos unas Fragas desconocidas, a la sombra de las más famosas. Las Fragas Do Mandeo. Un rincón lleno de misticismo y extremadamente bello, en el que podemos tener una conexión directa con la naturaleza, alejados del mundanal ruido de la ciudad.
En una pequeña ruta de ocho kilómetros de longitud se concentran numerosos alicientes para nuestros sentidos. Podemos disfrutar de playas fluviales, saltos para salmones, un par de puentes ancestrales e incluso un balneario abandonado, de donde aún emanan aguas medicinales. La fauna y flora autóctona está presente a lo largo de toda la ruta, en uno de los bosques mejor preservados de Galicia.
4.- Monte de Santa Tecla, Pontevedra
El monte de Santa Tecla, de 341 metros de altitud, está situado en Pontevedra y en su cumbre se erige el castro de Santa Tecla, que data del siglo II A.C., un auténtico tesoro arqueológico en donde se han reconstruido algunas casas para recrear la vida que se desarrolló hace miles de años en el emplazamiento.
Desde lo alto del monte podemos disfrutar de unas impagables vistas de la desembocadura del río Miño, con la inmensidad del atlántico como marco incomparable. Una oportunidad única de unir naturaleza e historia y disfrutar de un momento mágico.
5.- Playa de las Catedrales, Lugo
Una playa de 880 metros de longitud, de fácil acceso y arena blanca, bañada por olas moderadas. Esta es la tarjeta de presentación de la Playa de las Catedrales, que debe su nombre a la apariencia que tornan sus formaciones rocosas, similares a los arbotantes de las catedrales góticas. Formaciones rocosas, otrora acantilados, que han sido esculpidos por el paso de los años, con el cincel del viento y el mar.
Adentrarse en sus arcos es posible con la marea baja, momento en que además podemos dejarnos embriagar por el sonido del mar.
Os recordamos que cuando visitemos algún lugar de la naturaleza, debemos concienciarnos de la importancia de ser respetuosos con el entorno. Realicemos nuestras visitas de forma sostenible.